Derrame
Esos versos
que inquietan las palabras
y que erizan la piel de una dama,
la espalda grabada de manos
pasadas, de manos presentes
que acarician detenidas, palpan
la soledad...
y sentirla hasta dentro del alma
es vivir y morir, la paradoja
del cuerpo, la efigie jugosa, vibrante
batalla, los ecos, resonancias que rompen
cristales, en una mesa abundante
y una cama, pidiendo clemencia.
y nada se acaba, se acuesta el deseo
y se rinde la calma, se precipitan
a veces las palabras y voces
disonantes, Babel de mujeres
que danzan…
con corazón y sin cabeza,
y hacen la guerra de los sexos
desde un escaparate, lejos de un leño,
y la presencia, sueñan libertades
y juegan en las olas, con arenas tersas...
Así se juega a la verdad telepática
del amar matices, cicatrices, llantos,
les decora la noche común de un cinema
y logran darse cuenta en su sosiego
que han dejado una estela de rotas
libertades.
©Joan Pined